(*) Simiofobia: miedo a que el último mono se convierta en el primero. (El principio de Peter)
La presidenta de Madrid , Isabel Díaz Ayuso, se ha visto de pronto en el “ojo del huracán”, como consecuencia del escándalo suscitado por las sumas cobradas por su hermano en trabajos contratados con la Comunidad de Madrid. No es la primera vez que le ocurre algo parecido pues Ayuso es de los políticos más fiscalizados del país , en proporción directa al protagonismo nacional adquirido en un corto periodo de tiempo y a la inquina que suscita en sus adversarios políticos y mediáticos. Entre los casos más llamativos, recordamos la indagación en las actividades empresariales de su fallecido padre con la idea de culparla de un supuesto trato de favor con la administración autonómica ; o cuando la acusaron de no pagar el hotel en el que se albergó durante la pandemia, porque representaba un “regalo” de la empresa que había recibido el contrato de medicalizar hoteles para la Comunidad . El caso es que las acusaciones de cohecho nunca prosperan y ella sale siempre indemne y fortalecida: en ocasiones “llevándose por delante” a sus enemigos , como ha ocurrido con el presidente nacional del PP , Pablo Casado, quien se convirtió en su azote público en una sonada entrevista concedida a Carlos Herrera de la Cope, que pasará a los anales del esperpento político.
Una carrera meteórica
Curiosamente, Ayuso fue un “invento” político de Casado , quien la eligió como candidata a la presidencia de Madrid , después del escándalo Cifuentes que acabaría con su dimisión. Era una política joven y de corta experiencia que, a primera vista, se catalogó como “error táctico” de Casado . Muchos –incluido el que suscribe- compartían esta opinión, considerando que en unas elecciones donde la gente “no hila demasiado fino”, la existencia de una cara conocida siempre ayuda , y Ayuso era un auténtica marciana, teniendo por delante ex ministras del PP que cumplían mejor el requisito de la popularidad junto con el de la experiencia. Al final, la designación de Ayuso resultó ser el mayor acierto de la presidencia Casado –y, paradójicamente, su sentencia política- pues su cosecha electoral fue buena y después de los oportunos acuerdos de legislatura con otros partidos, pudo sentarse en el sillón de presidenta. Lo que vino después es conocido: Isabel Díaz Ayuso se ha revelado como el mayor descubrimiento político de los últimos años , sorprendiendo a propios y extraños , por su carisma,liderazgo, habilidad comunicativa y efectividad dialéctica , aparte de su reconocida capacidad para saber rodearse , sin complejos, de las personas más competentes en cada actividad de gobierno.
La historia de unos celos no superados.
Que tu alumna preferida se convierta en una nulidad es una desgracia, pero que brille con deslumbrante luz propia puede llegar a ser infinitamente más hiriente, en especial si tú eres un político tan joven como ella y no estás imbuido de esa natural suficiencia que, según los filósofos, se reserva a los individuos que han disfrutado de un universo estable , desde su más tierna infancia. La autoconfianza es, en efecto, fundamental, y si te falta, entonces te dejarás arrastrar por los celos y vivirás endemoniado todo el tiempo . No olvidemos, además, que el tutor , mentor o descubridor de un nuevo talento, esperará siempre una deferencia proporcional al éxito conseguido por su antes inédito pupilo . Si esta deferencia se produce en menor grado del previsto , o simplemente, es negada, tendremos serios problemas de relación futura entre ambos. Nuestra lista pupila decidió en algún momento que , si quería construirse una imagen política nacional, tenía que “ponerles las peras al cuarto” al engreído presidente socialista, Pedro Sánchez, aunque eso le costara algún “roce” con su mentor. Se puso, pues, a la tarea y después de varios rifirrafes con Sánchez, convenientemente jaleados por la prensa, consiguió llamar la atención de todo el mundo. Como colofón de su estrategia , tuvo el gesto -olímpicamente arrogante- de convocar al Presidente del Gobierno a una entrevista en el edificio de Sol, en la que había más banderas desplegadas , que en la sede de la ONU. Esa fue su consagración como estrella de la política nacional, su apertura a los medios informativos internacionales y el inicio de las hostilidades por parte de Casado , quien a partir de entonces , empezó a sufrir serios trastornos simiofóbicos de personalidad.
Las primarias , fuente constante de errores.
Los partidos presumen de elegir a sus candidatos en elecciones primarias, por considerarlas el procedimiento más democrático conocido. Lo cierto, sin embargo, es que los peores candidatos que recordamos han salido precisamente de elecciones primarias. José Luis Zapatero, ejemplo de político nefasto, ganó las primarias a José Bono, por un puñado de votos : su apuesta figura y su voz impostada fueron al parecer elementos decisivos , ya que no podía aportar curriculum político sólido ; de hecho, en una década de actividad congresística, no había pronunciado un solo discurso. Pedro Sánchez por su parte, es notorio que arrasa entre las votantes femeninas gracias a su físico, aunque tampoco pudiera en su momento exhibir una experiencia política adecuada . Pues bien, estos dos políticos socialistas son un ejemplo de radicalidad, mala gestión política y absoluta falta de escrúpulos, habiendo sido repudiados incluso por los miembros más respetados de la vieja guardia , como Felipe González y Alfonso Guerra. Prueba evidente de que las primarias no le funcionan últimamente al PSOE, por el simple hecho de que los militantes del partido están a la izquierda de sus votantes en las urnas, lo que explicaría su tendencia decreciente en escaños desde González (a pesar de lo cual consiguen llegar al poder).No le va mejor al PP, pues la sucesión a Mariano Rajoy ha devenido en fiasco , como acabamos de ver. ¿La razón ? que los votantes de primarias vieron en Pablo Casado lo que Rajoy no tenía y era su más irritante carencia –la habilidad oratoria- pero pasaron por alto su juventud , inexperiencia y –sobre todo- inmadurez de carácter.
El hito decisivo : la moción de censura de VOX contra Pedro Sánchez.
La inmadurez le jugó, en efecto, una mala pasada a Pablo Casado con motivo de la Cumbre de las Banderas de su pupila Ayuso con el Presidente del Gobierno . Ahí su orgullo herido transmutó en resentimiento y deseo irrefrenable de venganza . Él, como presidente del partido, no podía consentir “la falta de respeto” que suponía que su subordinada recibiera, con honores, al personaje que no sólo no le convocaba a consultas en la Moncloa como Jefe de la Oposición , sino “que no le devolvía ni las llamadas de teléfono “. Entonces aprovechó la moción de censura de Abascal contra Sánchez para sacar toda su artillería dialéctica con el propósito de “dar un escarmiento”, pero no contra Sánchez (que hubiera sido lo esperable) , sino contra Abascal, cuyo partido –Vox- era el sostén del gobierno de la Comunidad de Madrid, junto a Populares y Ciudadanos. ¿Objetivo? Supuestamente, hacer caer el gobierno de Ayuso, pues el frío ataque contra el sorprendido dirigente de Vox debiera tener los efectos de un seísmo de grado 7 en la política autonómica. Después del cataclismo aparecería uno de estos dos escenarios: 1) la toma del poder de los socialistas , con la colaboración de Ciudadanos ó 2) nuevas Elecciones autonómicas . En ninguno de estos supuestos , se preveía que Ayuso conservara su antiguo protagonismo. ¿Y qué ganaba Casado? Fundamentalmente a) acababa con la carrera política de Ayuso, su principal rival , b) reforzaba el liderazgo del partido alrededor de su persona y c) adquiría el aura del político integro que –según los usos europeos- prefería renunciar al poder antes de verse obligado a compartirlo con la ultra-derecha.
Esperando el siguiente golpe.
Lo que no habría contemplado Casado era la reacción moderada de Abascal, quien –tal vez intuyendo la maniobra- ya dijo en su réplica al discurso del jefe de los Populares “que los gobiernos autonómicos apoyados por mi partido no peligran”; y cumplió su palabra , a pesar de la imprevista provocación recibida de Casado. Así que la Presidenta Ayuso siguió en su puesto dentro de una espiral ascendente de popularidad , hasta el punto de que en las siguientes elecciones anticipadas de 2021, arrolló en las urnas , sumando más diputados que toda la izquierda junta. La simiofobia incipiente de Casado iba, pues, in crescendo , paralelamente a los éxitos políticos cosechados por Ayuso y a su –ahora sí- comportamiento distante con relación a Génova. Lo que sigue, viene de apenas un par de semanas atrás : la rueda de prensa de Ayuso denunciando “la creación de un falso dosier incriminatorio contra ella , apoyado en espionaje de su propio partido “; la réplica del Secretario General, Egea, abriéndole un expediente y la “puntilla” de Pablo Casado en el programa de Carlos Herrera , sacando a relucir –en el peor estilo de la agit-pro leninista – el turbio tema de las comisiones del hermano “en momentos en que morían centenares de personas cada día “.
La caída en desgracia de Pablo Casado.
Si Casado fuera un buen estratega político –que no lo es- habría desistido de acudir a la entrevista con Herrera, después del ataque realizado por García Egea contra Ayuso . De esta manera, si las cosas se ponían feas –como se pusieron- él siempre podría echar la culpa a su subordinado, cesándolo a continuación y, aunque ligeramente tocado, probablemente hubiera podido sobrevivir al escándalo. Pero su feroz versión ante Herrera de este affaire (que superaba en acritud a la de Egea) , estaba adornada con detalles miserables que después sirvieron de munición para el “fusilamiento” de la presidenta por parte de la izquierda, dejando con la boca abierta a todos, porque no existía precedente de tal nivel de agresividad dentro de un mismo partido. A pesar de todo, los barones Populares siguieron expectantes , con poca implicación , pues había demasiado incertidumbre en el aire. Incluso Feijóo llegó a decir algo así como :”estoy con mi presidente, para que aclare y resuelva , cuanto antes, este preocupante asunto” que era su forma “gallega” de estar –y no estar- junto a Casado . Pero fue la aparición de una gran masa humana rodeando la sede del PP , gritando contra Casado, y en apoyo de Ayuso, lo que metió el miedo en el cuerpo a los barones y les hizo decantarse apresuradamente por la convocatoria de un Congreso extraordinario y la solicitud de dimisión del presidente . Ayuso había vuelto a ganar la batalla….. aunque no la guerra.
Nueva jefatura en los Populares.
Si Isabel Díaz Ayuso tuviera los mismos escrúpulos que Pedro Sánchez –es decir, “cero”- hubiera salido de esta movida como la gran ganadora del pulso a Casado y próxima presidenta del PP. Para ello le hubiera bastado mover algunos hilos de la tramoya política y presentarse a las primarias, donde habría sido elegida por aclamación. Pero esta mujer fuerte, con aspecto de muchacha sencilla, dulce e inocente, es fundamentalmente política “de derechas” y por lo tanto, respetuosa con la jerarquía y con el sistema, así que nunca se atrevería a dar la imagen de una “arribista” o una “trepa” que intenta llegar al poder pisando los endurecidos callos de sus colegas masculinos más antiguos. Vista la oportunidad desde el lado de los barones , todos concluirán en que Ayuso es “un gran valor del PP” , pero que debe esperar “su momento”. En el fondo, late en los barones parecida simiofobia a la que sufría el cesado Casado, lo cual es normal , pues cuando alguien se siente superado en sus méritos por un recién llegado, más joven, y que además es mujer, se genera una especie de “afrenta personal” de difícil digestión. Así que todo conduce a la elección de Feijóo como nuevo presidente. ¿y cómo se hace esto? Fácil, porque es de manual : alguien interesado –por ejemplo, el PSOE- lanza el nombre de Feijóo a través de persona interpuesta ; la prensa -ávida de polémicas- recoge el guante y jalea el asunto , presentándolo como la «salida perfecta” al problema del liderazgo peperiano; preguntado después cada barón –Ayuso incluida- sobre la idoneidad del político gallego para el cargo, todos darán su visto bueno con vehemencia -“no vaya a ser que gane”, pensarán- ; se ha pasado, pues, casi sin querer, de una elección por concurso libre a otro modo de elección por cooptación, en el que sólo resta la formalidad de un Congreso extraordinario que imparta “su bendición”. Y, al final, surge la pregunta ¿quién ha elegido al candidato Feijóo? Respuesta: todos y nadie en especial ; pero si hubiera que decidirse por alguien ese sería “la prensa”, es decir, los medios informativos,( aunque otros contestarán que el gran elector ha sido el PSOE, porque prefieren a Feijóo como candidato antes que a Ayuso). A los que se sorprendan de la verosimilitud de esta historia, les diremos que muchos entrenadores de Real Madrid y Barça se han elegido por este procedimiento de cooptación, en los que al final hay mayor implicación de la prensa que de sus respectivos presidentes . (Y los socios y abonados, normalmente ni se enteran).
Se vuelven a equivocar los Populares ?
Los que ante la coyuntura de tener que elegir nuevo presidente, rechazan la alternativa Ayuso, se basan en las dudas que ha sembrado el asunto de las comisiones; también en su inexperiencia ; su falta de control sobre los órganos del partido, o su localismo. Todos son argumentos con escaso peso. El tema de las comisiones no tiene recorrido judicial , como ha señalado ya el fiscal anti corrupción . En cuanto a su experiencia, si bien resulta corta , es muy intensa, pues no sólo ha tenido que enfrentar una pandemia –“como todos”, dirán los escépticos- ; sí , pero en su caso, teniendo como adversarios al Presidente del Gobierno, al cual le ha ganado todos los pulsos, y al Vicepresidente Pablo Iglesias, quien a la vista de su posterior derrota electoral en Madrid , tuvo que abandonar la política activa. Y eso sin mencionar que hubo dos víctimas más de Ayuso : su rival socialista en la Comunidad, Gabilondo, o su incómodo vicepresidente de Ciudadanos , Aguado, ambos erradicados de la política activa. En cuanto al mayor o menor control sobre el aparato del partido, no es tema importante, pues tampoco lo tenía Casado y, sin embargo, llegó a presidente montado sobre la ola del apoyo mayoritario de su partido. El “localismo” en el caso de Ayuso se convierte en “cosmopolitismo” , como lo demuestran sus frecuentes entrevistas a medios informativos internacionales, que ya la ven como la Margaret Thatchert española. Además, gobernar en Madrid es, trasladando la metáfora al campo de la tauromaquia , como tomar la alternativa en las Ventas -la plaza más exigente del mundo- ; algo que aprenderá Feijóo en sus propias carnes, cuando constate que, en tres meses de estancia en el Foro, se habrá dejado más girones de prestigio y respeto que en tres legislaturas completas en Galicia.
Feijóo es buena elección , sin duda, pero probablemente no alcance para derrotar a un tipo tan maniobrero y tan hábil con el dinero de todos como Sánchez . Y si suponemos que “alcanza” , todavía puede ser insuficiente para sacarle del poder , considerando que siempre habrá diez micro-partidos dispuestos a entrar en un quid pro quo negociador, con el presidente socialista, por lo que hará falta un pequeño milagro. Y , hablando de milagros , no olvidemos que el mayor “milagro” hasta la fecha, en el ámbito de la derecha, se llama Isabel Díaz Ayuso. Una líder excepcional , con gran tirón popular, que tiene, además, la propiedad de “amansar a las fieras “ como lo demuestra su buena relación con Vox y el respeto que los militantes de este partido exhiben hacia ella en las encuestas. Así que hemos de defender que la mejor solución es Feijóo, efectivamente, pero Feijóo como presidente acompañado de Ayuso en calidad de candidata a la presidencia del gobierno.Todo lo que no sea optar por esta dupla ganadora , va a suponer , probablemente, otros cuatro años más de Pedro Sánchez en la Moncloa. ¡Una desgracia!
Alonso Cortés
-4 de marzo de 2022-