Es la hora del Rey.

La izquierda -tanto la democrática como la autoritaria- ha descubierto por su parte que una vez conquistado el poder, lo inteligente es no perderlo nunca más y que el sesgo sociológico de izquierda del mundo occidental les permite perpetuarse en el gobiernoa condición de aprender a retorcer adecuadamente los principios  éticos, lo cual es posible sin caer en la necesidad de recurrir a groseros fraudes electorales, como los antiguos “pucherazos” . Y en estas cuestiones está ahora Pedro Sánchez y sus colegas: ordenando el mundo futuro desde la Internacional Socialista.  Para ello tienen al mejor líder posible: al César Borgia del siglo XXI. 

Alonso Cortés ( El César Borgia de Ferraz)

30 de noviembre de 2022.

Con  Pedro Sánchez, España va como una moto……directamente al abismo. La España que sale de las elecciones del 23-J , refuerza , en efecto, un grado más sus inclinaciones suicidas, en la medida que propicia un nuevo gobierno Frankenstein, con mayores dosis de extremismo que el anterior. Esto es así , porque si Pedro Sánchez se aferra (como es de esperar) a su confortable sillón presidencial, tendrá que acceder a las pretensiones de los enemigos del Estado , radicalizados unos -ERC, PNV- por sus pérdidas electorales y otros -Junts, el partido de Puigdemont- por no haber obtenido todavía la amnistía de sus líderes exiliados. Si a ello le unimos la necesidad de seguir contando con Bildu , el resultado no puede ser más desolador para los interés del país, porque deja la llave de la gobernabilidad en manos de un presidente narcisista, adicto al poder, y unos socios exigentes cuyo nexo de unión es el deseo de que se hunda España lo más rápidamente posible

​Por cierto, que eso que llamamos España, cada vez se parece menos a una democracia de curso legal. Un país en el que el partido de derechas -Partido Popular- se obliga a ganar por mayoría absoluta si quiere gobernar, dado que a su único socio posible -VOX- se le criminaliza  de manera interesada por la izquierda (con apoyo de los principales medios) ,  es, decimos, un país del que se puede afirmar, cuando menos, que exhibe una democracia secuestrada por su mitad progresista . Lo más peligroso es que este “progresismo”, tradicional aliado del presidente Sánchez,  está  representado a) por los herederos ideológicos del Partido Comunista ; b) por los partidos que protagonizaron la fallida secesión de Cataluña ; c) por los herederos del terrorismo de ETA y d) por un PNV con raíces fundacionales racistas , cuyo presidente se permite decir “que no queremos ser españoles ni por el forro”. Lo “mejor”  de cada casa, reunidos, pues, para decidir quién gobierna España, que al final no puede  ser otro que ese personaje ambicioso y sin escrúpulos que les facilita la vida a todos ellos, al precio de traicionar los intereses colectivos del país.

​Como resultado de estas elecciones nos encontramos, pues, ante una encrucijada histórica : o bien 1) el país vuelve a votar en un mes en el que  los ciudadanos no  vean restringidos sus derechos civiles por las vacaciones   o 2) permitimos a Pedro Sánchez que sus aliados repitan la historia de la legislatura anterior , chantajeando a un gobierno dispuesto a sobrevivir a cualquier precio, con cuestiones como la amnistía y el referéndum de autodeterminación. Llegados a este punto, no queda otra alternativa que hacer una llamada al árbitro supremo del país -el Rey- para que tome cartas en un asunto que resulta  de la mayor gravedad para el futuro de la nación y de la propia institución monárquica. En nuestra modesta opinión, el Rey, advirtiendo del bloqueo existente, y con la idea de evitar pactos contra el interés nacional , debe intentar disuadir a los dos principales candidatos  (Feijóo y Sánchez) de cualquier intento de formar gobierno y , en bien de la nación, ha de urgirles a convocar nuevas elecciones, de común acuerdo, que actúe al modo de una “segunda vuelta”. Y como dice el viejo refrán : “el que más chifle, capador”. 

Alonso Cortés

Madrid, 24 de julio de 2023

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