Los medios españoles y europeos han reproducido esta noticia recientemente :
El equipo de BCNatal (Hospital Sant Joan de Déu – Hospital Clínic) ha presentado un proyecto único en Europa para construir una placenta artificial. Su objetivo es aumentar la supervivencia de los recién nacidos prematuros extremos, minimizar las graves secuelas neurológicas que sufren la mayoría de ellos y mejorar su calidad de vida y la de sus familias”.
Informaciones adicionales aclaran al lector en qué consiste este avance científico-técnico:
El reto es reproducir las condiciones de la placenta materna con materiales biocompatibles. En la placenta artificial, el neonato estará situado en un entorno físico líquido, lo más parecido al útero materno, dentro de un recipiente blando realizado con materiales biocompatibles, y protegido de sonidos y luces, aunque se reproducirán sonidos similares a los del útero materno.
Estará conectado, a través de su cordón umbilical, a un oxigenador desarrollado y adaptado especialmente para el feto, que le aportará la cantidad necesaria de oxígeno. A través de este cordón, recibirá también nutrientes, hormonas y otras sustancias que el feto recibe de la madre o que produce directamente la placenta, y que son esenciales para su correcto desarrollo.
El bebé estará monitorizado continuamente, siempre de forma no invasiva, mediante ecografía del flujo sanguíneo, de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, pero también se utilizarán microsensores en el líquido amniótico o el cordón umbilical. Los resultados obtenidos en los experimentos serán integrados y evaluados mediante inteligencia artificial para poder realizar mejoras en el sistema.
Aunque en principio parecía que la iniciativa provenía en exclusiva del prestigioso hospital barcelonés, luego descubrimos que -como tantos otros desarrollos modernos en medicina- este avance hay que situarlo en el contexto de un programa plurinacional de investigación , evaluado por un comité de expertos internacionales, perteneciente a cinco países: Australia, España, Israel, Portugal y Reino Unido. Al parecer, existen solo tres grupos en el mundo, Estados Unidos, Australia y Japón, que han desarrollado modelos experimentales similares, con avances significativos en los últimos años.
¿Por qué tiene tanta trascendencia este tipo de investigaciones?
Los aficionados/as a la ciencia-ficción no habrán tardado en darse cuenta de la trascendencia del invento de la placenta artificial, pues este era el paso esperado y decisivo en el camino hacia el cumplimiento de una vieja aspiración de las mujeres: la definitiva igualación de los géneros . Lo que sigue es un titular y entradilla de El País del 12 de junio de 2005, es decir, hace 18 años:
Niños de máquina
Tener un hijo sin pasar por el embarazo ni el parto ya no es fruto de la ciencia-ficción. Las nuevas tecnologías lograrán dentro de pocas décadas niños concebidos en máquinas, según afirma el biólogo y filósofo francés Henri Atlanen su libro ‘El útero artificial’.
Esta noticia sobre el nuevo libro del autor francés, no hacía sino confirmar las predicciones de Aldous Huxley de principios del sigo pasado sobre gestaciones mecánicas y colectivas, si bien sin la carga ominosa que le infundió el autor inglés, quien nos dejó las inquietantes frases que siguen a continuación, reflejadas en Un mundo feliz, novela escrita en 1931:
La familia, como institución, ha sido abolida. En su ausencia, los bebés vienen al mundo sin tener que pasar por el vientre de su madre. Nacen por medio de un sistema de reproducción en serie, controlado por el Gobierno. En los laboratorios estatales los embriones son cuidadosamente seleccionados para que todos los niños que nazcan encajen perfectamente en cada una de las cinco clases sociales existentes. A los individuos Alfa, el nivel más alto, se les dota de genes perfectos, mientras que los de la clase Epsilon reciben menos oxígeno del debido con el propósito de obtener personas semi idiotas. Su fin, asegurar la estabilidad social.
Afortunadamente, los modernos científicos no van en la dirección de la sociedad de castas que diseñara Aldous Huxley , (posiblemente inspirada en la República de Platón) sino que su propósito a medio plazo es el de contribuir a la supervivencia de los bebés prematuros extremos, tal y como rezan las noticias de prensa. Pero conseguido esto ¿qué viene después? , es decir, ¿cuál será el previsible siguiente paso?
Nacer en un mundo futuro (no tan lejano).
Recientemente ha sido noticia internacional la llamada gestación subrogada de una nieta de la conocida actriz y presentadora Ana Obregón , es decir una descendiente póstuma de su hijo, fallecido por cáncer hace pocos años. Con este motivo, (y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid) se ha vuelto a relacionar la gestación subrogada con el embarazo preferido de las mujeres ricas. ¿Por qué? Pues básicamente porque se evitan , a cambio de una fuerte suma de dinero, las molestias del largo embarazo y los dolores del parto posterior, sin tener que renunciar -y esa es la parte más atractiva del procedimiento- a la herencia biológica , es decir, a los genes de los padres . (En el caso de Obregón, los genes del padre procedían del hijo fallecido, pero los de la madre eran, al parecer, de la gestante norteamericana, como productora del óvulo, aunque, en circunstancias normales, el óvulo no suele provenir de la madre de alquiler ). A menudo las personas que recurren a la gestación subrogada, normalmente presentan algún problema reproductivo, lo que modifica parcialmente el operativo estándar, (como ha sido el caso de la nieta de Ana Obregón) , pero lo cierto es que los políticos especialmente susceptibles a los conflictos derivados de la desigualdad social, ven en esta moderna práctica una subrepticia puerta de entrada a un futuro modo de gestación de las parejas ricas, dispuestas, más que nunca, a obviar la iracunda sentencia bíblica dirigida contra Eva y sus descendientes , con motivo de su expulsión del Paraíso: “Multiplicaré sobremanera las molestias en tus embarazos, y con dolor parirás a tus hijos. (Génesis 3.16).
Las mujeres siempre han llevado con orgullo ser las principales protagonistas en la continuidad de la especie. Es evidente que este orgullo está más que justificado, pues su contribución al nacimiento de una nueva vida resulta bastante más decisiva que la del hombre . Tal vez por ello las madres suelen conservar lazos más fuertes de unión con sus hijos, pero no es menos cierto también, que existen quejas recurrentes de las mujeres sobre la injusticia que representa la maternidad de cara a su realización como persona, en el ámbito profesional. En efecto, pues ,desde que la mujer se incorporó a las tareas productivas fuera del hogar, los periodos de alejamiento del trabajo por razones de maternidad, han actuado en la sociedad como un hándicap sobre las mujeres, y frecuente motivo de discriminación laboral. Así que -medio en broma, medio en serio- muchas féminas repiten esa conocida frase “los hombres tendrías que parir , para que os hicierais una idea de lo que supone traer un bebé al mundo”.
Pues bien, el mundo, en su evolución imparable, parece discurrir según el modelo ideado por Hegel, quien lo veía, en el largo plazo, como un medio de supresión de contradicciones sociales, y un mecanismo perfectivo de igualación entre razas, géneros y personas , a través de la dialéctica. Así que lo esperable en un mundo futuro ( no tan lejano) no es que los hombres vayan a parir, para igualarse en sufrimiento a las hembras , sino que las mujeres no tendrán tampoco que hacerlo, evitando de este modo las molestias del embarazo y los dolores del parto…. así como las connotaciones negativas de tipo laboral. La igualdad entre hombre y mujer estará entonces más cerca que nunca , aunque será tal vez al precio de disminuir los especiales lazos emocionales entre madres e hijos, existentes desde los albores de la historia .
De ahí la trascendencia de esta noticia que ha recorrido las redacciones de los medios españoles y europeos, porque se trata de un primer paso hacia una revolución cultural sin precedentes, en la que las mujeres dejarán de gestar y parir a sus hijos, “delegando” ambas tareas en una máquina inteligente. Porque sin duda es cuestión de tiempo que los científicos transformen la referida placenta artificial de modo que pueda acoger con éxito -y durante la completa etapa del embarazo- un óvulo femenino fertilizado, en lugar de un bebé prematuro . Por supuesto, se presentarán problemas técnicos a superar y -sobre todo- cuestiones éticas de diversa índole (incluyendo las religiosas) , pero al final se impondrá mayoritariamente el sentido práctico de la naturaleza humana, con lo que gestación y parto quedarán desprovistos de todas sus connotaciones molestas y peligrosas , conservando únicamente el hecho feliz de alumbrar una nueva vida. Por lo demás, siempre habrá mujeres que preferirán seguir trayendo sus hijos al mundo por el procedimiento usado tradicionalmente durante los millones de años que lleva la especie humana sobre la Tierra, pero como en tantas opciones de la vida moderna, -¿pediré la epidural o pariré con dolor? , ¿daré el pecho o el biberón a mi bebé?- la decisión final pertenecerá al ámbito de los derechos maternos.
La ciencia médica muestra una cierta timidez en hacer gala de este tipo de conquistas históricas, y prefieren centrarse en aspectos parciales de sus descubrimientos, por miedo, tal vez, a ser vistos por la opinión pública como siniestros demiurgos embarcados en labores ajenas al juramento hipocrático , o como colaboradores inconscientes de los futuros regímenes totalitarios descritos por Aldous Huxley en su novela .Por eso la mayoría de las veces se habla de “Serendipia”, es decir, de descubrimientos que se obtienen de modo fortuito cuando se estaban buscando otros objetivos más acordes con lo que se entiende por naturaleza humana. Pero lo cierto es que la máxima de Hegel “ todo lo que es real es racional, todo lo que es racional es (o será) real “, se ha convertidocon los años, en la Ley de Bronce de las nuevas realidades humanas y del método científico de trabajo (y es casi imposible sustraerse a su influencia).
Alonso Cortés
1 de Agosto 2023
Postdata : La solución técnica definitiva a la placenta artificial , puede venir con la recuperación del Mamut.
En Marzo de 2025 surge la noticia de que , en el intento de recuperar el mamut (extinguido hace 4.000 años) los científicos han comenzado por obtener su mismo pelaje en ratones alterados genéticamente ,que han denominado “ratones lanudos”, y que están especialmente protegidos contra el frío polar. Pues bien, este es un primer paso, porque el gigantesco proyecto científico (que nos recuerda el Mundo Jurásico de Spielberg ) pasa por reconstruir embriones de mamut usando óvulos de elefanta asiática y núcleos de las células de mamut editadas mediante transferencia nuclear, es decir, por clonación. Pero como hay que identificar y editar centenares de miles de diferencias entre el alfabeto genómico del mamut y el elefante, el proceso puede hacerse interminable salvo ( y aquí entra la novedad) que se perfeccione el reciente invento de la placenta artificial , en el sentido de que admita óvulos fertilizados en lugar de bebés prematuros, para poder así realizar miles de ensayos (prueba/error) en placentas artificiales , evitando utilizar elefantas de verdad en los múltiples procesos de gestación . De modo que ya ven por qué intrincadas vías llega a veces el progreso de la ciencia: casi se puede adivinar que el primer mamut recuperado del pasado lejano, abrirá el camino para el alumbramiento del primer bebé humano que no habrá pasado por el vientre de su madre.