Humillados y ofendidos: la infamia del 11-M, quince años después.

El presente texto es un fragmento del artículo aparecido en 2019,  con motivo del 15 aniversario del sanguinario atentado de Madrid.  Cumpliéndose estos días el 20º aniversario, hemos decidido volver a publicarlo, pero sin comentarios nuevos dado que, lamentablemente, estamos ante un “caso cerrado” por la voluntad de las principales instituciones del país, nada interesadas en que se hurgue en los recuerdos de esos días, que marcan uno de los niveles más bajos de autoestima del pueblo español, en toda su historia. La introducción que sigue es del año 2022, cuando el artículo pasó a formar parte del libro Políticamente Correcto, Socialmente Perverso, publicado en Amazon.
Introducción
El terrible atentado de 2004 -el mayor acaecido en Europa- se cerró en falso por culpa de la presión de la izquierda, poco interesada en remover un asunto que pone en evidencia los aspectos más sórdidos de la política, cuando se trata de llegar al poder por cualquier medio. El PSOE aprovechó el caos originado por las bombas, y el miedo  paralelo de la población , para organizar una campaña difamatoria contra el gobierno del PP ,a pocos días de las Elecciones Generales, que terminaría con un cambio en la intención de voto y la llegada de José Luis Zapatero a la Moncloa. Pero aparte de las consecuencias políticas, este crimen masivo ha dejado numerosas dudas en el aire sobre su autoría : es cierto que los tribunales dictaron sentencia en las respectivas instancias, por las cuales se condujo a la cárcel  a unos cuantos marroquíes, pero no es menos cierto que seguimos sin conocer al “cerebro” de los atentados, ni las motivaciones que llevaron a tan terrible  acto criminal. Este artículo sostenía que la tesis más extendida en el país,  y considerada “políticamente correcta” por la mayoría, es decir,   la autoría del grupo terrorista de  Ben Laden en respuesta a la intervención de España en Irak, fue un monumental fraude : un  farol que se marcó el legendario líder islamista, y que se  puso en evidencia a raíz de su muerte y la correspondiente confiscación de sus documentos secretos por los servicios de inteligencia norteamericanos. El caso es que, cuantos más años transcurran, menos posibilidades habrá de esclarecer la verdad del execrable suceso; una verdad que, por otra parte,  parece no interesar a nadie, en un país tan maltratado históricamente por el terrorismo, que prefiere “olvidar para mejor descansar”.

Situando el atentado de Madrid en su contexto histórico.

Alguno de los aspectos más llamativos de eso que venimos llamando lo Políticamente Correcto , tiene que ver con la habilidad que demuestran los gestores de este conocido sistema de censura global, para sustraer de la discusión pública ciertos temas incómodos, que nunca han sido del todo aclarados y sobre los que planea un halo intermitente de misterio, por culpa de la aparición de factores políticos al lado de actos criminales . En la reciente historia aparecen dos casos emblemáticos y ,junto a ellos, otro no menos importante,  pero de inferior trascendencia universal : el magnicidio del Presidente Kennedy y el intento de asesinato del Papa Juan Pablo II corresponderían al primer grupo, mientras que el atentado antijudío de Buenos Aires, completaría la trilogía . Pues bien, estos tres relevantes sucesos criminales , que han sido sistemáticamente relegados al olvido , por intereses ideológicos , y de todo tipo, claman por una tetralogía desde 2004, cuando acaecieron   las explosiones simultáneas de cuatro trenes de Cercanías en Madrid, suceso ocurrido el 11 de marzo , con el resultado de 191 personas muertas y 1.800 heridos. ¿El motivo de merecer tan dudoso honor? Pues nada menos que el hecho de que , pese a tratarse del mayor acto terrorista ocurrido nunca en España y en Europa, sigue envuelto en una atmósfera de misterio similar al de los otros casos mundialmente conocidos. Un misterio que , por supuesto, no ayuda a esclarecer el férreo clima de prevención contra el tratamiento público del tema, por parte de la izquierda de este país. Porque, en efecto, los guardianes de lo políticamente correcto en España , han determinado , que cualquier duda sobre la versión oficial dictada por la Justicia a través de sus diversas sentencias , obedece al maquiavélico propósito de poner en cuestión la legitimidad de las elecciones de 2004, en las que el PSOEarrebató, imprevistamente, el poder al Partido Popular. Este grosero maniqueísmo, que evidencia una cierta mala conciencia por la forma anómala en que este partido llegó a la Moncloa, no admite la posible existencia de un interés genuino en esclarecer tan graves hechos , por el simple prurito de amor a la verdad y respeto a las víctimas. Como consecuencia de este “veto”, el 11-M se ha convertido en tema tabú, retornándonos al oscurantismo propio de tiempos pasados. Pero habría que advertir, que , como todo acontecimiento hurtado al escrutinio de la razón, se corre el peligro , sin embargo, de que el terrible atentado forme parte ,con el tiempo , del inconsciente colectivo de nuestro pueblo, al lado de otros sucesos históricos infamantes que lastran periódicamente nuestra convivencia. 

Aunque puede haber diferencias importantes entre este caso y los tres comentados más arriba, lo cierto es que hay circunstancias compartidas entre todos ellos y tienen que ver principalmente con 1) el halo de misterio que los envuelve; 2) las conclusiones judiciales insatisfactorias  y3) su conversión en temas “tabú” por miedo a las consecuencias de posibles revelaciones inconvenientes para algunos de los actores de los respectivos dramas.

El halo de misterio del 11-M

El misterio se desencadenó desde el primer momento, por las dudas que de inmediato se suscitaron sobre la autoría de este atroz acto terrorista . En principio todos pensaban en un atentado de ETA, y cuando decimos “todos” , es porque hasta el presidente del Gobierno vasco –Ibarretxe– se inclinó, en principio, por esta hipótesis . Ni que decir tiene que un Gobierno como el de José María Aznar, acostumbrado a combatir a un único grupo terrorista activo como era el etarra, tampoco dudó sobre quién estaba detrás del hecho. Además, apoyaban su intuición los primeros informes facilitados por el CNI y la Policía. Tenían incluso en favor de su teoría, el haber descubierto en el pasado un intento de atentado contra el Rey Juan Carlos en Baqueira  utilizando mochilas-bomba como las depositadas en los trenes. En contra, surgió la teoría del modus operandi anómalo :     “ ETA siempre avisa “ dijeron los escépticos. Otros se acordaron inmediatamente de la intervención “militar” española en Irak y sacaron a relucir a Al-Qaeda y Osama Ben Laden. Un periodista inglés, atendiendo a la precisión militar del atentado, habló de la “posible intervención de servicios de inteligencia extranjeros”.

           Inmediatamente comenzaron a aparecer pistas que conducían supuestamente a Al-Qaeda y descartaban a ETA : el explosivo utilizado no era Titadine , el habitual de ETA, sino Goma 2. Además, una furgoneta descubierta cerca de la estación de ferrocarril de Alcalá de Henares, contenía detonadores de explosivos y panfletos islamistas en idioma árabe. Los acontecimientos se sucedieron uno tras otro , acelerándose a medida que Aznar se aferraba a su tesis etarra , mientras la oposición pensaba que podía haber cálculos electoralistas detrás de tal postura. Los socialistas movilizaron entonces a su contactos en El País , la Cadena Ser y la Policía, para defender la tesis contraria, es decir, la intervención islamista, que según sus cálculos les beneficiaba electoralmente. José Luís Zapatero llevó la iniciativa con informaciones policiales no contrastadas , pero que su altavoz radiofónico – la cadena Ser -se encargaba rápidamente de propagar , provocando que el Gobierno fuera todo el tiempo a remolque de sus opositores. Así es como se divulgaron noticias falsas como la intervención de elementos suicidas en los trenes, que , no obstante, sirvieron a los socialistas para acusar a los populares de mentir a la opinión pública por intereses electoralistas. La proximidad de las Elecciones Generales estaba, pues, envenenando un asunto en el que debía predominar el interés nacional

Las primeras detenciones.

Las pista más importante que llevaría al descubrimiento de los autores materiales del atentado, vino dada por una mochila-bomba no explotada , que había aparecido providencialmente en la comisaría de Vallecas. La bomba estaba mal conectada -no sabemos si deliberadamente- a un teléfono y por eso no explotó , pero la tarjeta telefónica proporcionó datos sobre sus vendedores y, tirando del hilo, llevó al apresamiento de la célula islamista de Lavapiés , formadas por individuos marroquíes procedentes en su mayoría de Tánger, con antecedentes en tráfico de drogas y trapicheos varios.

La reivindicación de Al-Qaeda

El atentado fue reivindicado mediante una cinta de video depositada en una papelera próxima a la mezquita de la M-30 . Un individuo, con el rostro cubierto, que se autodenominó “portavoz militar de Al-Qaeda en Europa “ dijo en idioma árabe que habían llevado a cabo las explosiones de los trenes “ en respuesta a los crímenes realizados por Bush y sus aliados en Irak y Afganistán”. Los servicios secretos y la policía dieron credibilidad al comunicado y se concentraron en descubrir nuevos colaboradores, al tiempo que se preparaban para lo peor :la posible realización de un nuevo atentado, de repercusiones incalculables en la opinión pública.

El atentado frustrado del AVE.

El 2 de abril se descubrió un paquete de Goma 2 en la línea del AVE entre Madrid y Sevilla, a 61 Km. de la capital . El artefacto explosivo estaba unido a un cable de más de 100 metros , mediante el cual los terroristas pensaban accionarlo a distancia, con el propósito de causar una nueva masacre . La bomba no llegó a explotar, supuestamente porque los terroristas escaparon ante la aparición de gente en los alrededores. Pero este suceso suscitaba una preocupación y una reflexión añadidas . La preocupación venía del hecho de haber constatado la incompleta desarticulación del grupo terrorista islamista ,lo que suponía una amenaza latente de nuevos atentados. Afortunadamente, al día siguiente fue localizado un grupo de ocho terroristas en un piso de Leganés ( Madrid) , dentro del cual se inmolaron en su totalidad, mediante explosivos, exceptuando uno de ellos que había escapado previamente de la policía.

La reflexión citada tenía que ver con la última modalidad de actuación terrorista: ¿Cómo un modus operandi tan chapucero, como el del AVE, podía provenir de los mismos individuos que desarrollaron el ejercicio de precisión militar que evidenciaban los atentados de los trenes de Cercanías, con 10 bombas de acción programada , explotando simultáneamente en cuatro trenes diferentes, mientras los autores se ponían convenientemente a salvo? Todo esto no tenía demasiada lógica, salvo que los terroristas hubieran contado para el primer atentado con la colaboración de expertos artificieros, que en las fechas del segundo atentado estuvieran ya lejos del país, por lo que el grupo de Leganés se habría visto obligado a improvisar ,gestando una nueva intervención por su cuenta ( esta , ya más propia de aficionados.)

La teoría de la colaboración ETA-Islamistas.

Como hemos comentado, desde un principio se pensó en la participación de ETA en el atentado, con justificadas razones. El hecho de que “ los terroristas no hubieran avisado” era un motivo ingenuo para descartar la responsabilidad del grupo vasco, pues alguien que pretende realizar un atentado para poner al país patas arriba (y , de paso, erradicar al odiado partido gobernante) , si piensa por un momento que el suceso le puede perjudicar políticamente, tratará de no dejar pista alguna que le involucre, trasladando la responsabilidad a terceros . (Una forma de intoxicación que no es nueva en la historia del crimen). Por otra parte, no se descartaba que hubiera existido una colaboración entre ETA y los islamistas, en la que los primeros habrían preparado las bombas y la logística, y los segundo habrían sido meros porteadores de la mochilas . No debemos olvidar que sobre las mismas fechas en que los marroquíes transportaban la dinamita desde Asturias, fue interceptado un gran cargamento de explosivos de ETA con destino a la capital, que podría ser parte del “ plan B” en previsión de que la primera entrega fallara. Era evidente , en cualquier caso, que ETA tenía motivos sobrados para amargarle la despedida a Aznar y evitar que su delfín Rajoy llegara al poder . Ya lo había dicho uno de los jefes etarras, Josu Ternera: “Aznar no se puede ir de rositas”. Además los etarras conocían la técnica del teléfono-bomba por lo que no tendrían problemas técnicos, tanto si se trataba de una actuación directa, como de una colaboración con otro grupo terrorista. Y la policía había detectado, además, contactos en prisión de elementos etarras con extremistas islámicos encarcelados. Descartar, pues, a ETA, una vez aparecida la pista Al-Qaeda, fue sin duda una decisión precipitada. Aunque también existían otras posibilidades de colaboración, que había que explorar, y la policía no daba abasto.

La teoría de los servicios secretos extranjeros.

El 7 de julio de 2002 , día en que comenzaban las fastuosas celebraciones por su próximo matrimonio, el Rey de Marruecos debió pensar que era el momento oportuno para hacer un regalo a su pueblo , y decidió invadir el islote Perejil , perteneciente a España. Diez días después, España retomó por la fuerza, pero sin violencia, el control del islote , y , aunque se estuvo al borde del conflicto armado, EE.UU. lo evitó finalmente con su mediación “entre aliados”. Los que dicen conocer el carácter magrebí, pensaron, sin embargo, que la crisis podría haberse cerrado en falso, porque una “afrenta” de este tipo -con peligrosas connotaciones personales -, podría traer serias consecuencias futuras para los españoles: la tradicional venganza del moro, como la etiquetaron los especialista en inteligencia , no era descartable en un futuro más o menos próximo.

Con estos antecedentes , no era de extrañar que, cuando estallaron las bombas en los trenes, los servicios de inteligencia incluyeran –según informó la prensa en su momento- entre sus hipótesis de trabajo la posible autoría intelectual del atentado por parte de los servicios secretos marroquíes, (o una facción de los mismos , actuando por su cuenta) . Había indicios que podían sustentar esta teoría : a) casi todos los involucrados en el atentado eran de origen marroquí ; b) la mayoría eran viejos conocidos de la policía del país magrebí , bien por su activismo islamista radical ,   bien por su relación con el comercio minorista de drogas y/o con la pequeña delincuencia y c) ninguno de los detenidos, tenía el perfil de artificiero , por lo que se podía intuir una ayuda externa que solucionara el problema de armar las bombas, (lo que explicaría la sofisticación técnica del atentado). Se pensaba que un colectivo de esta naturaleza -próximo al lumpen- , era incapaz de realizar ,sin ayuda, este tipo de atentados, pero también que , debido a los antecedentes de sus miembros, era fácilmente infiltrable y manipulable por los servicios secretos, para que actuasen en la dirección deseada , que no sería otra que atentar contra España en el momento clave previo a las Elecciones. El traslado posterior de la responsabilidad del hecho a Al-Qaeda, sería la culminación perfecta del plan, en la medida que eliminaría sospechas sobre los verdaderos autores, al tiempo que señalaba a un grupo terrorista temible, que estaría encantado de arrogarse un atentado ajeno, siempre que estuviera dirigido contra los infieles aliados de EE.UU. en la guerra de Irak.

Osama Ben Laden se marca un farol.

Ya hemos comentado que la primera reivindicación del atentado la hizo un supuesto “portavoz militar de Al-Qaeda en Europa “ mediante una grabación en video. El acento empleado por el comunicante, ya delataba que no se trataba de un árabe, lo cual resultaba inusual. Además los atentados de Al-Qaeda eran habitualmente reivindicados en la televisión Al-Yazira , por lo que este era otro motivo de sospecha. Sin embargo, el 15 de abril siguiente, Osama Ben Laden alzaría por primera vez su voz para patrocinar de forma imprecisa , el atentado de Madrid , en locución grabada y emitida, sin imágenes, por Al-Yazira. Pero lo más “revelador “ de la participación de Al-Qaeda en las bombas de Madrid , vendría siete años después, a raíz de la operación llevada a cabo el 2 de mayo de 2011 contra el famoso líder terrorista , quien fue atrapado y ejecutado en su residencia secreta de Pakistán por una unidad de élite norteamericana. Al revelarse posteriormente parte de los archivos secretos en poder del terrorista más buscado del mundo, apareció una pieza relativa a los atentados de Madrid , dentro de un largo informe realizado por un responsable militar, Abu – Salih Al Somali , quien, al lado de diversas proclamas propagandísticas y detalles sobre la actividad terrorista de la Yihad , despachaba en pocas líneas el asunto español, con un breve párrafo encabezado por la frase “Por la gracia de Alá”, en la que no aportaba nada nuevo, salvo decir que los ejecutores del atentado fueron Muyahidines del mundo . Así, pues, después de la tan cacareada intervención de Al-Qaeda en el atentado, resultaba que toda la información “secreta” que poseían del caso era “cero”. Ni un solo nombre, ( ni siquiera el del autoproclamado portavoz militar europeo de Al-Qaeda); ninguna mención táctica o estratégica que hiciera creíble sus reivindicaciones; nada, en fin, que no pudiera extraerse de la información suministrada regularmente por la prensa. Todo esto olía, pues, a invención y propaganda , al igual que el vago comunicado de Ben Laden a Al-Yazira , ya comentado. Sin embargo, en el citado informe de Al Somali, el suceso se disfrazaba de gran hazaña de la Yihad , principalmente por los efectos que había producido , es decir, por la posterior retirada de las tropas españolas, que Zapatero ejecutó a toda prisa , dejando la imagen ante el mundo de que los españoles éramos un pueblo poco merecedor de confianza, que huía despavorido ante la aparición de un contratiempo grave. Una retirada, en fin, humillante, que Al-Qaeda debió interpretar como un regalo propagandístico inesperado, por parte de un gobierno español aterrorizado por la posibilidad de un nuevo atentado. Hay que decir que cuando estos papeles aparecieron en la vivienda de Ben Laden, Al Somali llevaba dos años muerto, a causa de un misil lanzado por los norteamericanos desde un dron en vuelo sobre Pakistán.

La crónica del atentado que surge de los tribunales.

El recorrido por los tribunales de justicia tuvo tres fases : la fase de Instrucción, el juicio en la Audiencia Nacional y , finalmente, la fase de casación ante el Tribunal Supremo. Lo importante para nosotros es lo que dictaminó el último tribunal , pues es el que confiere el carácter firme a la sentencia. En su sentencia de julio de 2008 el Tribunal Supremo estableció “la dependencia ideológica” respecto de Al-Qaeda, de los tres condenados por “la autoría “ del atentado , sin que pudiera sin embargo probarse su “dependencia jerárquica” de la organización yihadista. Es obvio que el suicidio del comando de Leganés – y la huida previa de uno de sus miembros- había complicado toda la investigación y el juicio posterior. En cualquier caso, no se pudo condenar a nadie por la autoría intelectual del atentado. Como escribiera Pedro J. Ramírez en un monográfico de El Mundo : “ diez años después no se sabe aún con seguridad quién ordenó, quién ejecutó y como se cometieron físicamente los atentados “. Paupérrimo balance, pues, para lo que se considera el atentado más mortífero de la historia de España, a pesar de lo cual, el gobierno socialista de Zapatero , decidió que era el momento de dar carpetazo al asunto, en evitación de males mayores . Una vez más, en un país tradicionalmente castigado por el terrorismo, se enterraba respetuosamente a los muertos y se miraba para otro lado, sin hacer preguntas; salvo una , -la más aberrante- efectuada a las afligidas víctimas en el momento álgido de su dolor, y que en los últimos cuarenta años de actividad etarra se repetía incansablemente ¿perdona usted a los asesinos?

Las agujeros negros del 11-M.

           Este caso pone en primer lugar en evidencia a los servicios de inteligencia del Estado –el CNI- , que no supieron detectar a tiempo lo que se nos venía encima . La actuación preventiva anti-terrorista parecía, no obstante, una cualidad rara en los servicios de inteligencia mundiales, pues ni la famosa CIA vio venir el atentado sobre las Torres Gemelas , que causó unos 3.000 muertos, ni el no menos célebre Scotland Yard, el atentado del Metro de Londres . Pero hay aspectos en el caso, de similar gravedad , como la descoordinación de las fuerzas de seguridad en la fase previa al atentado, así como la insuficiente efectividad en la etapa de investigación posterior , lo que provocó unas sentencias judiciales “descafeinadas”. En general, existieron bastantes incógnitas en este caso ; a saber:

•​Los suministradores de la Goma 2 eran confidentes de las fuerzas de seguridad, según supimos por los periódicos.

•​El individuo que actuó de intermediario entre los proveedores asturianos de la dinamita y los compradores marroquíes, era también un confidente policial, de acuerdo a lo publicado por la prensa.

•​Uno de los autores materiales del atentado, el Tunecino, estaba siendo controlado en esas fechas por la policía, previa autorización judicial.

•​A requerimiento de algunos vecinos la Guardia Civil estuvo -antes y después de los atentados- en la casa de Morata de Tajuña donde se montaron las bombas, sin que advirtieran nada sospechoso.

•​No se investigó adecuadamente el posible papel jugado por determinados servicios secretos extranjeros, por temor sin duda a las repercusiones políticas. En cualquier caso, la respuesta de la policía marroquí a los requerimientos realizados desde España, fue tardía y escasa, cuando no negligente.

•​Aunque se adujo que la pista para localizar el piso de Leganés , procedía del grupo de tarjetas telefónicas vendidas para el atentado del 11-M , lo cierto es que había transcurrido ya un mes desde las explosiones, y que la policía no localizó dicho piso hasta el día siguiente del frustrado atentado contra el AVE. El fiasco de la operación salvó sin duda vidas pero también suscita una pregunta: ¿dejaron alguna pista los terroristas en la vía del tren, que permitió su inmediata localización ?

•​Del huido de Leganés , nunca más se supo, a pesar de que era una pieza clave que podría aportar datos decisivos a la investigación.

•​El origen extranjero y lumpen de los autores, les descartaba a priori como cerebros de una estrategia terrorista llamada a tener repercusiones en la alta política nacional e internacional. Por otra parte, al responsabilizar en exclusiva del atentado a Al-Qaeda, ( influidos por el clima antibélico del país y la presión socialista) , se descuidaron otras investigaciones que podrían conducir a grupos más interesados –y mejor informados sobre política española- en hacer cambiar el panorama político nacional, por medio de un terror brutal e indiscriminado.

•​Los que argumentaron que los atentados no respondían al perfil de ETA, también debieron advertir que tampoco se parecían al modus operandi yihadista tradicional, más inclinado a utilizar terroristas suicidas, como, por ejemplo, los portadores de chalecos-bomba , o conductores de camiones con explosivos. Aunque el tipo de terrorista que ponía bombas y escapaba indemne a las explosiones era, hasta la fecha, una rara avis en el campo islamista radical, muchos hicieron caso omiso de estas contradicciones, sin duda por simple interés partidista. De ahí, no obstante, la maniobra intoxicadora, que ayudó a propagar la Cadena Ser, sobre terroristas suicidas, que tenía sin duda como objetivo , potenciar la idea de la autoría yihadista. ( Habría sido conveniente , por cierto, que esta cadena de radio -tan próxima políticamente al PSOE- , fuera obligada por la Justicia a revelar sus fuentes, porque al menos hoy conoceríamos quienes fueron esos “intoxicadores “ y por qué actuaron como lo hicieron )

•​Existía la especulación entre algunos investigadores periodísticos, sobre si la mochila sin explotar de Vallecas, ( que fue la primera pista importante del caso ) no sería sino una deliberada trampa del “cerebro” de la operación terrorista destinada a “precipitar” el proceso de identificación y captura de sus colaboradores materiales directos, orientando así la investigación de la autoría hacia el islamismo radical, lo cual era prioritario dada la proximidad de las Elecciones.( Este no era un tema baladí si, como ocurrió el primer día, el gobierno culpaba del atentado a ETA y no a la Yihad.) .

•​Uno de los suministradores españoles de la dinamita declaró haber visto en una ocasión al individuo que armó las bombas. La investigación posterior no arrojó, sin embargo, resultados prácticos : el individuo en cuestión no fue identificado. Una lástima, porque este personaje probablemente realizó la última fase de su trabajo en la madrugada del 11 de marzo , activando los teléfonos móviles previamente conectados a las cargas, según detectó la torre telefónica próxima a Morata de Tajuña .En el momento del atentado, quizás este mismo terrorista estaba esperando subirse a un avión en el próximo Aeropuerto de Barajas, mientras escuchaba a lo lejos las explosiones programadas para las 7:38 horas de esa misma mañana (explosiones que vendrían a confirmarle el éxito de su misión criminal ). Se esfumaba así una pista fundamental para llegar a conocer, a través de este personaje siniestro, al verdadero cerebro del atentado

La postura del PSOE en la postcrisis.

           Desde el momento en que José Luís Zapatero ganó las elecciones, la política de su gobierno estuvo orientada a arrojar un manto de silencio -olvidándose de las incógnitas sin despejar- sobre los graves sucesos que habían conmovido al país. La sociedad española acababa de sufrir , en efecto, un gran shock, pero la herida  “había cicatrizado inusualmente rápido”. según declararía años después la periodista Victoria Prego .Y no era para menos , porque había más de un interesado en que así ocurriera. En especial el PSOE ( y sus aliados mediáticos) que, sin duda, no podían sentirse muy orgullosos de la campaña de insidias llevada a cabo contra el Gobierno de Aznar, que fueron acompañadas de actos de acoso y derribo intolerables en democracia, como las llamadas a la concentración pública ante las sedes del Partido Popular, en la jornada de reflexión (el famoso “pásalo” propagado por los teléfonos móviles). Un acto político sin precedentes en un país occidental, que debiera haber conducido a la suspensión inmediata de las elecciones. Pero entre que Aznar se marchaba de la política y que su delfín Rajoy no se distinguía precisamente por su carácter “arrojado”, el Partido Popular se preparó en lo emocional para pasar sumisamente por las horcas caudinas que habían preparado con astucia sus oponentes políticos.

En lo que se refiere a la política exterior, la postura del Gobierno del PSOE , no pudo estar más alejada del genuino interés nacional: Zapatero acudió solícito a presentar sus respetos al rey de Marruecos, terminando así con el período de relaciones turbulentas entre Mohamed VI y Aznar, surgidas a raíz del conflicto de Perejil, que -no lo olvidemos- había provocado imprudentemente el mismo monarca . De paso , y tal vez como gesto de “agradecimiento” a nuestro mediador con Marruecos, Zapatero ordenó la repatriación inmediata de los soldados en Irak, con el consiguiente enfado de EE.UU y sus aliados. (Y todo ello sin saber a ciencia cierta si el atentado estaba relacionado con la guerra en ese país). De esta manera tan poco heroica se puso fin a una fuerza militar que, pese a la propaganda anti-bélica, nunca habían actuado como elemento activo de combate, pero cuya sola presencia incomodaba a los socialistas, afectados por una psicosis de nuevas represalias de Al-Qaeda. Pero, para ser sinceros, esta presencia militar “simbólica” en Irak, incomodaba no sólo a los gobernantes socialistas, sino a gran parte del pueblo español, temeroso de un futuro sembrado de bombas , que podrían venir a sumarse al tradicional repertorio de ETA. Tal escenario de futuro representaban una pesada carga psicológica para un pueblo –y unos gobernantes – que, desde el desplome del Imperio, sólo aspiraban a la relativa tranquilidad que proporciona el aislamiento de la gran política internacional .Esa es la constante , al menos desde la pérdida de Cuba y Filipinas ante EE.UU ,donde debió generarse nuestra actual “alergia” a cualquier conflicto exterior , como se puso de manifiesto en la dos guerras mundiales del siglo XX, en las que España estuvo ausente, y en la posterior entrega, sin resistencia, del Sahara a Marruecos, en 1975 , después de “la marcha verde”.

Pero entre todos los países intervinientes en Irak ¿por qué elegir como objetivo terrorista a España? Porque, para los que conocían bien nuestra historia –y sin duda los cerebros del 11-M se sabían la lección perfectamente-, este era un país “cosido con alfileres” lastrado permanentemente por sus numerosos problemas secesionistas sin resolver, lo que le convertía en blanco fácil para los maquiavelos de la geoestrategia . ¿Y qué mejor forma de desestabilizar a un país con tendencias centrífugas, que los atentados indiscriminados contra la población civil ? Así ocurriría, que lo que no habían conseguido los crímenes “selectivos” de ETA después de casi 1.000 muertos y cuarenta años de sufrimiento, lo consiguieron de una tacada los asesinatos del 11-M ,provocando un giro político -interior y exterior-de 180º, por parte del Estado; giro que, lamentablemente, llevaba aparejada nuestra humillación como pueblo, al transmitir al mundo el mensaje de que España se rendía, incondicionalmente, ante el terrorismo salvaje.

Lo que tienen en común estos cuatro relevantes sucesos históricos.

Resulta fácil observar qué características comparten el asesinato de Kennedy , el intento de asesinato del Papa, y los atentados indiscriminados del 11-M ( dejemos provisionalmente aparte el caso argentino porque no existe, de momento, culpable ni sentencia) . En efecto, porque en todos los casos , se impone la versión oficial dictada por los tribunales , a pesar de no estar sustentada sobre hechos incontrovertibles y existir gran número de incógnitas sin despejar. Por ello era inevitable que en cada escenario se vislumbrara la existencia de una mano en la sombra – una conspiración criminal – que nadie se atrevió, sin embargo, a intentar desvelar por temor a las consecuencias . Un riguroso ¿Cui Prodest? (¿A quién beneficia el crimen? ) fue evitado y sustituido por culpables de paja que cubrían al menos el expediente : un psicótico ex marine con rifle, un delincuente marginal de los bajos fondos turcos, y un grupo de currantes minoristas de “hierba” , se convirtieron en los protagonistas de auténticas tragedias griegas, cuando ellos apenas daban la talla para aspirar al rol de meras comparsas . Hubo también –como no- medidas intoxicadoras por doquier, con el doble propósito de confundir a los investigadores y desmotivar a las audiencias, haciendo disminuir su fe en la posibilidad de llegar algún día a conocer la verdad de los hechos. Y, por encima de todo, hubo fuerzas poderosas (incluido el caso argentino) interesadas en que no se removieran las aguas ,dejando las cosas como estaban, no fuera a ser que algún intruso encontrara una pieza inconveniente del puzzle. Esta conspiración del silencio, esta oprobiosa Omertápromovida por los cancerberos de la izquierda política mundial, resulta intolerable en pleno siglo XXI, y terminará por reeditar la creencia en las famosas logias del pasado, esas que como los Illuminati , los Rosa Cruz, o los Masones, controlaban el mundo con sus maquiavélicas intrigas , según la creencia popular.

Alonso Cortés.

11 de marzo de 2019

Deja un comentario