FÍSICA CUÁNTICA Y PRENSA ROSA.

El concepto  moderno de fotón , se lo debemos al genial físico Albert Einstein, en un trabajo de 1905 que dio lugar a su teoría de la composición corpuscular de la luz. Hasta entonces,  se consideraba que la luz era producto exclusivo de ondas magnéticas , pero Einstein descubrió que la luz contenía elementos -llamados fotones- que eran paquetes indivisibles de energía, sin masa ni carga eléctrica, que viajan a la velocidad de la luz y que tenían la propiedad dual de convertirse, alternativamente, en partícula u onda. La teoría de Einstein se confirmó a partir de la experimentación en  laboratorio ,donde se pudo constatar  que los fotones respondían a  la observación microscópica ,cambiando de electrón a onda por efecto de la luz que los iluminaba .La consecuencia novedosa fue que la llamada realidad, había pasado , de pronto, de ser descubierta tradicionalmente mediante observación, a que la propia observación modificara la realidad , convirtiendo ésta en probabilística. El nuevo y sorprendente fenómeno -que tuvo connotaciones filosóficas desde sus inicios-, dio origen a la física cuántica, la cual nació, en principio, para desarrollar  la mecánica estadística de la probabilidad subatómica.La nueva ciencia aportaba métodos matemáticos que permitían rebajar la indeterminación del estado de la energía, generada por la dualidad onda-partícula.

​En paralelo al efecto de la luz sobre los fotones, nos surge en el ámbito social la curiosidad de cómo afectarán los flashes de las cámaras o los focos de las televisiones , cuando se concentran abrumadoramente sobre uno o varios protagonistas de la crónica social, en respuesta a  la aparición de una noticia impactante para el gran público.  Los sujetos del asunto responden ante tales circunstancias, según veremos a continuación, como los fotones ante la luz , cambiando su comportamiento de manera significativa , lo cual , si preguntamos a psicólogos conductistas, tal vez nos digan que eso obedece a que los individuos, enfrentados al escándalo social, se ven bloqueados en su racionalidad y usan preferentemente medidas defensivas dictadas por el instinto o el Inconsciente (el «Id» freudiano) . Eso explicaría que, como las polillas,  se desorienten bajo la fuerte luz que los ciega y tengan comportamientos erráticos. Para los sociólogos, el fenómeno en cuestión podría ser una derivación de la  “Profecía Autocumplida” del profesor americano Robert Merton , quien estableció el pasado siglo que algunas predicciones tienen el poder de conjurar al Universo en su favor , desatando las fuerzas sociales que ayudarán al cumplimiento de una predicción. O dicho en palabras del neurólogo Víctor Frankl , “El miedo tiende a hacer, precisamente, que suceda lo que uno teme”, frase que podría traducirse a la versión positiva, con efectos contrarios , pero que, en su configuración negativa , también debería servir como frontispicio de la destruida central nuclear de  Fukhusima (Japón), víctima de un gran tsunami, pero también del pesimismo que invade, desde Chernobyl, a la gente involucrada en la energía atómica . Para algún filósofo materialista, en fin, los humanos cambiarán su comportamiento, bajo la presión de los focos,   porque también ellos son «naturaleza”, mientras que , para el resto ,se trataría, sin más,  de una simple metáfora entre dos mundos separados entre sí : el mundo material y el espiritual. Sea lo que fuere, los hechos están ahí y vamos a tratar de ver cómo se suelen manifestar , en algunos acontecimientos de la vida real, tratados como ficción.

Creando realidad a partir de los flashes de la prensa. 

​Cuando las crónicas “rosa” titulan con gran derroche  tipográfico , que el aristócrata fulano, tiene una relación amorosa con una conocida actriz , y que ello sin duda derivará  en ruptura matrimonial de la noble pareja, puede ocurrir lo siguiente : 1) que la noticia sea cierta y tenga las consecuencias previstas ;2) que exista una relación entre el noble y la artista, pero esta sea de mera amistad, sin mayores consecuencias y 3) que la información haya sido directamente inventada por un enemigo personal de los protagonistas, o bien creada por el propio medio, en base a débiles sospechas, y con el principal propósito de ganar audiencia. La teoría que vamos a plantear tiene que ver fundamentalmente con los supuestos 2 y 3, por lo que podemos prescindir del 1, en particular . Así, pues, si la noticia es parcial o totalmente inventada, diremos que no por ello dejará de producir efectos sobre el normal comportamiento de los personajes objeto de la información.  De hecho , se suele formar una dinámica múltiple de causas-efectos que, por intrincados vericuetos, tiende a hacer realidad aquello que en principio era  pura  invención .

Primer acto.

El  supuesto marido infiel (al que llamaremos Borja Aristos ) , colocado involuntariamente ante el foco de la prensa , rechazará de plano las acusaciones en un tono de indignación , por las graves consecuencias que puede tener sobre su ejemplar matrimonio . La actriz ( a la que llamaremos Estrella) , será menos cortante con la prensa , -tal vez porque no le disgustaba del todo la idea- y se contentará con un desenfadado “chicos, no voy a comentar vuestros calenturientos inventos”. Por último, la mujer del aristócrata ( Cecilia), sintiéndose públicamente humillada, y desconociendo el alcance de la noticia ,esquivará  a la prensa, hasta que consiga conocer la verdad del asunto, después de hablar  en profundidad con su marido. Así es como se desarrollará, presumiblemente, el primer acto de esta «tragedia» moderna. Todos los actores del drama, sintiéndose escrutados por la prensa se verán obligados a desempeñar un rol,  previa reflexión interna : Borja puede pensar que algún enemigo de los negocios está intentado perjudicarle, propagando la mentira, pero animado por su vanidad de hombre elegante y bien parecido, se preguntará  si no habrá sido Estrella la que ha puesto en circulación el bulo, tratando de llamar su atención. Aunque no esté muy seguro de acertar en sus especulaciones, lo cierto es que, a partir de ese momento, Borja empezará a mirar con otros ojos a Estrella, descubriendo en fotos e imágenes de televisión, que se trata de una chica “de gran belleza ”, algo de lo que no era totalmente consciente en el pasado. Estrella, por su parte, se siente halagada porque la relacionen amorosamente con un personaje  destacado de la alta sociedad y, aunque consciente de la falsedad del asunto , considera que el bulo en cuestión puede, al menos, ayudarla en su carrera de actriz, otorgándole mayor popularidad. Finalmente , Cecilia está ansiosa por interrogar inquisitivamente a su esposo, después de que la cascarrabias de su madre (y suegra de Borja) le  recordara que “ya te advertí  que no debías ser tan confiada con el fresco de tu marido, y que tenias que atarle más corto”.

Segundo acto

​Cecilia está esperando  impaciente la llegada a casa de su marido, para someterle a una especie de “tercer grado” ,  mientras se siente aterrorizada por la posibilidad de que la inquietante noticia sea cierta. Así que, convertida en un manojo de nervios, pasará al ataque nada más aparecer Borja por la puerta  «¿Se puede saber qué mierda de asunto te traes  con esa golfa?» le espetará con gran enojo. Su esposo, sorprendido por la agresividad de Cecilia, – una mujer tradicionalmente tranquila en las crisis- , reaccionará alzando la voz con un cortante ¡ tú estás loca!, seguido de una pregunta capciosa ¿Es que no te das cuenta de que todo esto es una invención de la prensa? Entre las acusaciones iracundas de una y las agrias negativas del otro, la conversación va subiendo decibelios , hasta convertirse en una bronca en toda regla, que llega a los oídos de sus vecinos y, más tarde ,a un amigo periodista que inmediatamente titulará en su medio: “Crisis matrimonial de los Aristos“ . 

​A medida que el escándalo va “in crescendo” ,comienzan a conocerse secretos relativos a los personajes, supuestamente filtrados por el personal de servicio del matrimonio. Un medio afirma que la pareja matrimonial «hace tiempo que duerme en habitaciones separadas» (lo cual era cierto) , debido a que Cecilia “descubrió la relación extramatrimonial de Borja “( lo que era falso, ya que se trataba de una mera protección ante la costumbre extravagante del marido de leer, en la cama, hasta las tantas). Otro medio afirmaba, taxativamente, pero sin pruebas, que Borja y Estrella se veían regularmente en un hotel de la sierra , que habrían convertido en su “nidito de amor”. Naturalmente todo es falso, pero Borja se ve obligado a quedar con Estrella para aclarar la situación y conocer de una vez lo que está pasando. Aunque toman  las debidas precauciones, para no ser descubiertos por la prensa, lo cierto es que un camarero del restaurante donde se citan , les reconoce, y avisa a un periodista amigo. El resultado es que esa misma semana una revista publicará en portada ,con foto incluida, “Descubrimos la cita secreta de Borja y Estrella”, reportaje que obtendría  gran repercusión posterior, en las demás revistas y en todos los programas televisivos del «corazón».

Tercer acto.

Borja y Estrella, han pasado de ser meros conocidos, que se saludaban en ciertos eventos y, como mucho, tomaban una copa en compañía de terceros, compartiendo unas risas, a convertirse ,imprevistamente, en “la pareja del año”. Además, con la solidaridad que impone el haber corrido una aventura juntos (como la de ser acaparadores involuntarios de portadas y tertulias rosa, además de cómplices de una reunión clandestina ) cada uno empieza a ver al otro con ojos diferentes, pensando que, a lo mejor, la prensa les ha hecho un favor al inventarse su relación. Mientras tanto, Cecilia se siente devorada por los celos , sobre todo después de que la prensa revelara el encuentro secreto de su marido con la artista cinematográfica. Al no ser informada previamente por su marido , y pese a no ocurrir nada inconfesable en esa cita, ella se autoconvence de lo contrario , y sintiéndose traicionada por Borja, decide llamar a su abogado con vistas a un posible divorcio por motivo de adulterio.

Cuarto acto.

 Cuando Borja regresa a su casa después de conocida la escandalosa portada de la revista, se encuentra a su mujer, Cecilia, llorando desconsoladamente,  presa de un ataque de nervios. Aunque él intentará calmarla explicándole el alcance real de la cita secreta, todo será en vano : su mujer no le escucha y sólo saldrán de su boca duros reproches  ( la mayoría de ellos recuperados del pasado próximo, y no tan próximo, de su vida en común)  junto con desgarradores lamentos sobre “lo tonta que he sido todo este tiempo , sacrificándole sus mejores años , para terminar convirtiéndose en el hazmerreír de su familia, su grupo social y -lo que es peor- de todo el país». Obviamente Borja no se resigna a que su matrimonio se vaya a pique por un estúpido cotilleo , que le ha estallado en plena cara, sin responsabilidad alguna, pero en la medida que su mujer va agrandando la accidental herida con sucesivas acusaciones sobre fallos -reales o supuestos-  que él habría cometido durante sus años de matrimonio, Borja va tomando conciencia de que su unión no era tan idílica como suponía y que, probablemente, su mujer no ha sido muy feliz en todo este tiempo. Por otra parte, el aristócrata está molesto porque todos estos agravios salgan precisamente a relucir en la primera crisis grave sufrida por el matrimonio, en la que se ve injustamente condenado por su mujer, en juicio sumarísimo, y sin posibilidad de defensa . Lo siguiente que se preguntará Borja ,  “es si uno puede legítimamente considerarte un hombre feliz ,cuando su mujer confiesa no haberlo sido casi nunca” . Después de algunas vacilaciones , se convencerá a sí mismode que “no había sido en absoluto infeliz, pero tampoco feliz del todo”, porque tal vez falló -se dice a sí mismo- algo decisivo para construir una relación sólida: esa ”chispa” que sólo surge al fusionarse dos corazones anhelantes, como lo definiría el poeta in pectore que Borja forjó en sus años de juventud. En ese momento decidió que no valía la pena seguir defendiendo su matrimonio y que al final haría lo que Cecilia quisiera hacer: si deseaba paz, -después de la rotura de hostilidades y del consiguiente desahogo-, habría paz (y olvido del asunto) de manera inmediata; pero si, por el contrario, ella quería divorcio, también se lo daría sin rechistar.

Desenlace.

Cecilia y Borja terminaron por divorciarse de mutuo acuerdo , debido a diferencias insalvables de caracteres. La prensa se hizo amplio eco de la ruptura y todos, sin excepción, achacaron la separación a la supuesta infidelidad de Borja. Mientras tanto, Borja y Estrella siguieron sin verse, porque no querían derramar más gasolina sobre el incendio , pero sin dejar de pensar  el uno en el otro , y echándose de menos a cada instante. Estrella se sentía culpable involuntaria -por su perfil de mujer frívola- de los males sobrevenidos a Borja ,y ello le suscitaba, invariablemente, pensamientos de ternura hacia Borja. Éste, con la mentalidad estoica que corresponde a su clase social, daba por bueno lo sucedido,  pensando que el destino lo puede todo, y que nada ocurre en el Universo por mero  azar . Después de un tiempo prudencial , Borja y Estrella comenzaron a salir discretamente, se enamoraron y al final se casaron. Conocida la noticia, la gente comenzó a reproducir frases tópicas del tipo  “ siempre pasa que cuando el río  suena, agua lleva” o  este otro dicho también  popular:  “al final la prensa nunca se equivoca”. Pero lo cierto es que todos se equivocaron , menos Einstein.

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